Cuando consideramos opciones de materiales para nuestras cocinas, muchas personas se preocupan por el impacto ambiental de su elección. Uno podría preguntarse si el cuarzo es una opción ecológica para las superficies de trabajo.
El cuarzo es un material compuesto que, en algunos casos, contiene hasta un 90% de cuarzo natural, mientras que el resto es resina de polímero y pigmentos. Esto ya nos indica que gran parte del material es natural, pero hay que considerar también el proceso de producción. Las resinas que se utilizan no son biodegradables y pueden implicar un coste medioambiental significativo. Además, la explotación y transporte del cuarzo natural conllevan consumo de energía y emisión de CO2. La extracción del cuarzo genera desafíos ambientales similares a los de la minería tradicional, a menudo asociada con emisiones y desechos.
A nivel de durabilidad, las encimeras de cuarzo destacan por tener una larga vida útil, lo que puede reducir el ciclo de reemplazo de las superficies en comparación con materiales menos resistentes. Una vida útil más larga implica menos desechos y menos consumo de recursos a lo largo del tiempo. Así que en términos de mantenimiento, dado que el cuarzo es resistente a manchas, rasguños y calor hasta cierto grado, necesitará menos productos químicos para su limpieza, lo cual es un pequeño beneficio en términos de impacto ecológico.
En la industria, hay marcas como Silestone que están tratando de reducir su impacto ambiental mediante prácticas sostenibles. Algunas empresas han comenzado a utilizar tecnologías para reducir el desperdicio de agua y reciclar el material durante el proceso de fabricación. Esta iniciativa muestra un esfuerzo hacia prácticas más conscientes del medio ambiente. Aun así, no todos los productores han adoptado estas medidas, y la responsabilidad ambiental puede variar.
Un aspecto interesante es que en 2019, Cosentino, el fabricante de Silestone, anunció su "Proyecto de Energía Renovable 100%", que busca alimentar sus operaciones solo con energías renovables. Este tipo de compromiso refleja un movimiento dentro de la industria para reducir la huella de carbono. Este enfoque del sector alimenta la esperanza de un impacto positivo a largo plazo.
Elegir un cuarzo como material para encimeras puede ser más respetuoso con el medio ambiente si proviene de una empresa con prácticas sostenibles. Entonces, al considerar el cuarzo desde un punto de vista ecológico, uno debería investigar y seleccionar cuidadosamente proveedores que demuestren un compromiso con la sostenibilidad.